Al parecer, "el niño recriminó a su madre que se avergonzaba de ella por la manera en que vestía, por trabajar en una tienda de ropa y porque sus amigos se reían de ella". Toma ya... Lo del respeto a los padres se ve que ha pasado a la historia.
Y sigue: "Al llegar a la casa de la madre, el menor le pidió que le buscara un pantalón que quería vestir el día siguiente y que acabó por buscar él en un armario. No obstante, la madre le señaló que el pantalón no se encontraba en ese lugar y, "sin mediar palabra", el niño "le pegó un bofetón" e "hizo ademán de seguir agrediendo a la madre con el puño", por lo que ésta "le pegó dos zapatillazos con la única finalidad de corregir su actitud"." Joder con el niñito...
Seguimos (a este paso voy a copiar la noticia entera, pero es que no tiene desperdicio): "Para el ministerio fiscal, los hechos constituían un delito de maltrato, por lo que pedía para la acusada la pena de 20 días de trabajos de beneficio en la comunidad y la prohibición de acercarse a su hijo a una distancia inferior de 300 metros durante un mes y quince días.". Yo creo que mejor separamos directamente a todos los padres de sus hijos, y que estos se críen sin padres, así no los podemos maltratar.
Más: "No obstante, la juez consideró que la reacción de la madre no estuvo "meditada" y "obedeció a su debilidad emocional y a la provocación por parte de su hijo", ya que "no se puede olvidar que fue el niño el que insultó, menospreció y agredió intencionadamente a su madre". La madre debía estar histérica en ese momento, ¡ya te digo! Y quién no...
Y para terminar: "Además, atendió al informe de la psicóloga forense, en el que se explica que, con la denuncia, el niño "persigue por encima de todo desvincularse de su madre, para quedar sólo sometido a la custodia de su padre", que está separado de ella y por el que el menor está "muy influenciado".". Por desgracia las malas separaciones influyen en estas historias, por muy lamentable que sea.
Mi opinión: Tengo claro que en cada historia hay que conocer los detalles, pero de entrada, lo que no entiendo es que se lleve a juicio a alguien por dos zapatillazos ni por una torta. No soy partidaria de pegar, de hecho solo recuerdo haberle pegado un cachete en el culo a mi hijo una vez cuando tenía tres años, que me dolió más a mí que a él. Con estos precedentes judiciales creo que lo único que consiguen es poner en tela de juicio la autoridad paterna y que los niños conflictivos se crean con derechos que no deberían tener (pero que efectivamente tienen, al parecer).
El mundo está loco...