Hoy estaba yo tan tranquila leyendo la prensa en internet, y me encuentro, de casualidad, con este artículo: “Consigamos la igualdad empezando por el idioma. Recursos para usar un lenguaje no sexista”. A qué mala hora se me ha ocurrido leerlo…
(Un inciso: estoy intentando arreglar el texto, porque se me descuajeringa y no sé por qué. Jodío blogger...)
Vaya por delante que estoy segura de que el autor lo ha escrito con la mejor de las voluntades, y seguro que sin intención de ofender, todo lo contrario, imagino que hasta querrá ayudar. Pero claro, con ayudas como ésta (que igual podría haber venido de una mujer) no saldremos nunca del hoyo. El caso es que ha conseguido activar mi chip feminista-igualitarista, y eso es difícil. Era más fácil antes de que cumpliera los cuarenta, pero la edad me ha enseñado que la solución a la desigualad de sexos no la veré en esta vida, así que mejor miro para otro lado y me ocupo de sobrevivir al día a día, que con eso ya tengo bastante, para qué sufrir gratuitamente. Pero claro, me encuentro con cosas como esta, y me altero… ;)
Veamos… Lo voy a copiar para ir comentándolo sobre la marcha, porque “me he picao” (en morado lo del artículo, en rojo lo mío...):
Nuestro idioma, el español, es muy rico en matices; tenemos multitud de formas para transmitir una misma idea, por eso debemos cuidar mucho nuestra expresión para incluir a todas las personas sin que haya discriminación por razón de sexo.
Este aspecto se debe vigilar especialmente en el mundo de la empresa donde es muy habitual hablar de "empleados", "director de tal área", "técnicos", etc. Es decir, se utiliza el género masculino para referirse tanto a hombres como a mujeres. ¡¿Qué tiene eso de raro?! Hasta este momento, confieso que no entendía lo que quería decir, lo juro…
Si estamos luchando por conseguir social y laboralmente la igualdad entre ambos sexos, no debemos obviar el lenguaje que, lejos de ser únicamente una forma de expresión, es un vehículo del pensamiento que tiene multitud de connotaciones. Llevo 18 años trabajando con hombres y en un mundo de hombres, y nunca me había planteado la necesidad de cuidar el lenguaje para que no fuera sexista. Pero bueno, sigamos… (En este punto del artículo empecé a preocuparme).
Por todo ello, en nuestras manifestaciones verbales y, sobre todo, en nuestros escritos -comunicaciones, proyectos, cartas, etc.- debemos utilizar un lenguaje inclusivo en el que ambos sexos estén representados. ¿Ein?
Para conseguirlo, podemos emplear algunos de los siguientes recursos:
- Sustantivos abstractos: Ej. No: "Los directores se reunieron". Sí: "La dirección se reunió". ¿Dónde está la ofensa sexista al decir los directores? Si todos son hombres, habrá que decir los directores. Si todas son mujeres (imposible, lo sé, pero esto es un ejercicio teórico), se podrá decir de las dos maneras (yo prefiero seguir diciendo los directores, pero sobre gustos ya se sabe), y si hay alguna directora, ¿alguien cree de verdad que se va a sentir ofendida? O_O
- Sustantivos colectivos: Ej. No: "Los empleados deben ser puntuales". Sí: "La plantilla debe ser puntual". ¿“La plantilla”? A mí eso me suena a zapatos. O a eso tan feo de “regulación de plantilla”, quita, quita… Menos mal que no ha dicho “los empleados y las empleadas deben ser puntuales”.
- Verbos en impersonal: Ej. No: "Los jefes decidirán". Sí: "En la jefatura se decidirá". En este punto empiezo a pensar que el artículo es de coña, lo juro… :O
- Pronombres sin marca de género: Ej. No: "El que quiera acudir". Sí: "Quien quiera acudir". De aquí pasamos al famoso “alguien ha matado a alguien” de Gila. En este punto paso de la perplejidad a la sonrisa.
- Expresiones sinónimas: Ej. No: "Los que estén interesados". Sí: "Quienes tengan interés". Jajajaja! Ahora me descojono literalmente. De verdad, lo que hay que oír. Sigo pensando que es coña y que al final del artículo nos dirán algo así como “¡que te lo has creído!”. Pero no, el tema continúa…
- Profesiones en femenino cuando el referente sea una mujer: Ej. No: "La ingeniero técnico Mercedes Melguizo". Sí: "La ingeniera técnica Mercedes Melguizo". ¡Ahí me ha tocado la moral! Me parece bien que exista la posibilidad de llamarse ingeniera (bueno, realmente no lo encuentro necesario, pero vale, admito que nos den esa posibilidad si hay mujeres que lo piden). A mí me ha dado siempre un repelús que no veas. No me enfado si alguien me llama ingeniera, por supuesto, porque tengo claro que lo hace con buena intención, pero siempre corrijo con una sonrisa para que el otro no se corte “mejor ingeniero”, suelo decir. Creo de corazón que para encontrar una intención sexista debajo de la palabra ingeniero aplicada a una mujer, hay que ser retorcido o estar obsesionado con el tema. En fin, sigamos…
- Desdoblamientos: Ej. No: "Los derechos de los trabajadores". Sí: "Los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras". Este recurso debería utilizarse sólo si no hay otra opción y preferiblemente en escritos. Al final teníamos que llegar a lo que yo llamo “la redundancia idiota”. Pero vamos a ver… ¿es que la palabra trabajadores no engloba a todo el mundo, hombres y mujeres? Entonces, a partir de ahora, para ser políticamente correcto, habrá que decir también “los humanos y las humanas”, ¿no? O “los seres humanos y las seras humanas”. ¿O mejor “los seres humanos y los seres humanas”? Y “los perros y las perras”, claro. O a lo mejor con los perros se puede usar un lenguaje sexista. Y “los padres y las madres”, porque si dices sólo “los padres” te dejas a las madres fuera. No, habrá que decir “los progenitores”. ¿Veis lo bien que me he aprendido los consejos no sexistas? De verdad, ver para creer…
Estas son sólo algunas de las opciones que tenemos para utilizar un lenguaje no sexista. Muchas veces, nuestro sentido común nos indicará la forma más adecuada de expresarnos sin excluir a las mujeres de nuestras comunicaciones. Quizá al principio nos cueste porque tenemos muy interiorizado el uso del masculino genérico e inconscientemente los hombres y las mujeres lo usamos. ¿Dónde está la cámara? ¿y donde está el sentido común? Ese, ese es el que falta. De verdad, me pinchan ahora y no me sale sangre… No sé si reírme o llorar… Mejor me río…
En cualquier caso, no debemos "rizar el rizo" y caer en exageraciones creando palabras en femenino que no tienen razón de ser. No está bien decir "los miembros y las miembras" cuando la palabra "miembro" es un sustantivo común que designa a cualquier persona que forma parte de un conjunto, comunidad o cuerpo moral independientemente de su sexo. ¡PERO VAMOS A VER! ¿Y la palabra empleados no designa también a las empleadas? ¿Y directivos? ¿Y diputados?
Lo malo es que esta semana me encontré con otro rollo sexista francamente surrealista. Era este: un diputado de la Comunidad Valenciana había sido acusado de contar un chiste machista y sexista, con un lenguaje soez, que afectaba a la dignidad de las mujeres. Ahí es nada… Por semejante crimen se le exigía que rectificara públicamente y pidiera disculpas. El chiste era este: "Esto me recuerda al marido al que la mujer le encuentra en la cama con otra y él le dice: 'Cariño, esto no es lo que parece”. Sin comentarios…
Mi opinión: el día en que los hombres y las mujeres se traten como iguales, no como si el otro fuera un bicho raro, y las relaciones hombre-mujer puedan ser naturales y no forzadas, sin tener que pensar en que esto o aquello puede ofender, entonces habremos conseguido la igualdad, o al menos habremos ganado una batalla importante.
Mientras sigamos con la cantinela de que “esto no se le puede decir a una mujer, que se ofende”, y haya mujeres que se ofendan por chorradas, seguiremos jodidos. Y luego pasa lo que pasa, que queriendo hablar “bien”, oímos cosas como “los miembros y las miembras”.
En definitiva, la única forma de conseguir la igualdad es sentirla y vivirla.
P.D.: Igual yo soy un bicho raro y a la mayoría de las mujeres les parece bien lo que a mí me parece absurdo, realmente no lo sé, pero en cualquier caso, me apetecía compartir con vosotros mis “reflexiones”. Y por cierto, en 18 años de trabajo con hombres, nunca se han dirigido a mí de forma especial, afortunadamente, y muy pocas veces me he sentido discriminada (“observada” para ver si valgo o no valgo, sí, pero esa es otra historia). Si me dieran un trato “especial”, me sentiría incómoda y discriminada, aunque pueda parecer paradójico. Sólo espero que esto no se convierta en una moda y empiecen ahora los hombres a sugestionarse y a tratar de ser “correctos”. Cruzaré los dedos…
Os dejo con Gila y su "Alguien ha matado a alguien" (hay que llegar al minuto 5 para verlo).